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Cuaderno De Rusia

Думат о политике

Es menester reconocer que los temas políticos ocupan entre mis múltiples debilidades lugar preferente. Si he permanecido callado hasta ahora en buena medida es porque bastante tiene uno con pontificar de lo que apenas conoce como para ponerse a abrir frentes innecesarios. Aún así me permitiré empezar con lo que difícilmente sean más que ligeros trazos con brocha gorda y que tal vez permitan, si apetece, seguir en la superficie lo que hace el gigante.

Me decidió una frase del Presidente Dimitry Mevdeved, a propósito del Plan de Desarrollo para el período 2009-2012, durante su visita a Sudamérica a negociar con el esperpento Chávez la mejor manera de ponérselo lo más difícil posible al mesías Obama:

El desarrollo social y económico del país durante los años del Plan deberán colocar a Russia como el líder entre las potencias mundiales del siglo XXI.

Los americanos van a poner un escudo antimisíles en Polonia. Los rusos se van a pegar unos tiros a Puerto Rico, abastecen de armas a un loco y proporcionan tecnología y financiación para proyectos nucleares de índole sospechosa: es lo que tiene el sometimiento a la voluntad popular y al escrutinio de la prensa. O el no sometimiento.

El Presidente del Gobierno de la Federación Rusa Российская Федерация no puede ser elegido más de dos mandatos consecutivos, aunque sí puede volver a ser elegido.
S
in embargo el pueblo ruso parece precisar de líderes que hagan de guía y espejo para una nación siempre hambrienta de renovar pasadas glorias a pesar de que la idea que se tiene de lo que llamamos clase política perfectamente podría compararse con la de cualquier otro país: panda de vagos, inútiles y corruptos. Es cuando encuentran esa mano firme, continúo, cuando aparece una unión que está por encima de individuos particulares. En efecto, ni fue esta la cuna del liberalismo ni será nunca un referente. Vasili Grossman lo ilustró de manera definitiva: "Rusia ha visto mucho a lo largo de sus mil años de historia. Hay una sola cosa que Rusia no ha visto jamás: La libertad".
Este liderazgo, o la necesidad del mismo, se condensa en la palabra Patria y se expresa a través de la confianza en un hombre. Un líder que hoy es Vladimir Putin. Es preciso decir aquí que por mucho que nosotros, hipócritas europeos, nos empeñemos en buscar caballeros blancos o ¡peligro!  investir a peligrosos desconocidos de valedores de la democracia en un país casi sometido, aquí no hay contestación real a Putin, si es él a quien quiere la inmensa mayoría, entonces ¿eso no es democracia?
Tras la digresión intento retomar el hilo de lo que iba decir: Putin es el hombre que el país siente que necesita, no en vano en él ven al hombre que sacó a Rusia de la humillación post-soviética y es en él en quien confían para volvar a tomar las riendas de la parte del mundo (y en cierto modo es lógico pensar en esos términos porque Rusia es el país más grande del mundo) que les pertenece por
derecho natural.
Y si Putin es el hombre llamado por el pueblo, ¿por qué ponernos nosotros mismos trabas? están pensando en la Дума. Cambiamos la ley que no nos gusta y problema resuelto.

En Rusia, toda la energía del artista debe concentrarse en mostrar dos fuerzas: el hombre y la naturaleza. Por un lado debilidad física, nerviosismo, pronta madurez sexual, deseo apasionado de vida y de verdad, sueños de poder actuar amplios como una estepa, análisis llenos de inquietudes, insuficiencia del saber frente al alto vuelo del pensamiento; y por el otro, una llanura infinita, un clima severo; severo y gris el pueblo con su historia difícil y lóbrega, la herencia tártara, el yugo de la burocracia, el oscurantismo, la pobreza, el clima húmedo de las capitales, la apatía eslava, etc. La vida rusa machaca al ruso hasta el punto que éste no logra reponerse, lo muele como muele un palo de mil puds.

Anton Chejov

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