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Cuaderno De Rusia

RUSIA EUROPEA

RUSIA EUROPEA

Con la obsesión mediática por la crisis económica y con la esperanza puesta en los acuerdos de la UE con los EEUU para superarla, no se ha dado importancia capital al acercamiento moral y político del Presidente Obama al Presidente de la República rusa, para adoptar conjuntamente, como principio, el completo desarme nuclear de ambas potencias. Tampoco se le da significado europeo a la petición rusa de entrar en la OTAN, como si sólo fuera una operación de propaganda para desvirtuarla de sentido actual. Este Diario considera que Rusia forma parte de Europa y que la UE no alzará la plenitud de su potencia hasta que la integre en su seno, pese a las dificultades que hoy parecen imposibles de vencer, y que en un futuro no muy lejano se habrán desvanecido.

 

La gran dificultad que se opone a la unificación europea no es de carácter económico ni estatal, sino de orden geográfico y político. Hay un problema de límites espaciales, de fronteras de Europa con Asia. Y otra cuestión, de orden cultural, más decisiva: la definición del espíritu europeo en tanto que algo distinto, pero integrado, en la idiosincrasia particular de cada una de las naciones de Europa. Llama la atención la gran simpatía que despierta en nosotros el pueblo ruso y la fácil comprensión de su compleja literatura, así como que sea Rusia el país que más ediciones ha publicado del Quijote. Muchos observadores han creído ver en ello una similitud de psicologías populares. Pero esto no seria explicable sin una causa profunda que las hubiera asemejado. Se pueden encontrar lejanos fundamentos de la comprensión mutua en el paralelismo de la singularidad que marcó el destino ruso con la que determinó el porvenir de la cultura luso-española.

Antonio García-Trevijano en el DERC

Михаил Сергеевич Горбачёв

Михаил Сергеевич Горбачёв

Escribo en generacion.net mi reconocimiento público a una de las figuras más influyentes de la historia del siglo XX. Mal que nos pese, en ti y en mi. Alguien de quien apenas conocía la mancha en la frente -signo, según los giróvagos, de que el nuevo zar era una figura apocalíptica que gobernaría durante siete años-, la perestroika y las caricaturas en los Simpsons y Mortadelo. 

We think the introduction of perestroika in the Soviet Union (in 1985) was one of the three most significant events in Soviet history — the others are the 1917 revolution and the victory in World War II. Visto Desde sus Gafas.

El pueblo ruso nunca le perdonará ser la figura al mando cuando el imperio pasó de superpotencia mundial a mercado emergente en apenas unos años.
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Русская баня

Русская баня

La Русская баня (Baño Ruso) es algo parecido a la más conocida sauna finlandesa aunque, a diferencia de esta, la temperatura suele ser algo menor y la humedad mucho mayor (más de 80% frente a no más de 20%). Por lo demás bastante similares en ritual, folclore e, incluso, construcción.
Llama la atención de la bania su prácticamente nula relevancia internacional. Quizá esta (otra) muestra del desconocimiento generalizado hacia el país y la particular idiosincrasia Rusa, autárquica hasta hace tan poco tiempo. Abierta con reservas, haya evitado que se convierta en servicio estándar de cualquier cadena hotelera. O en deporte favorito de aquellos yuppies y estos turistas de spa y cancún.

La historia documentada de la bania, es la más prolija de entre los baños de vapor. Ya en la Primera Crónica Rusa de 1113 se puede leer:

Descendió de la colina en la que Kiev sería construido y continuó su viaje por el Dnieper. Se encontró con los Eslavos, en el lugar donde ahora se encuentra Novgorod. Vio a estas gentes vivir de acuerdo con su entorno, y, al observar como se bañaban y empapaban, fue y les preguntó. Entonces volvió a Roma, donde relató lo que había observado y aprendido.
’Fascinante’ dijo ’Vi la tierra de los eslavos y, mientras estaba entre ellos, conocí sus casas de baño de madera. Las calientan hasta un calor extremo, se desnudan y, tras untarse el cuerpo con sebo, cogen un manojo de juncos jóvenes y se azotan el cuerpo. Realmente se azotan con tanta violencia que apenas salen con vida. Después se mojan en agua helada y de este modo reviven. No ven nada extraño en hacerlo cada día e infringirse tal tortura voluntariamente. No hacen de este acto un simple baño, sino un verdadero tormento.’
 

Lo que más ha sorprendido a los cronistas que han conocido el baño y su ritual, y que puede considerarse un rasgo común a todas las descripciones, es el calor extremo, la desnudez (hombres y mujeres compartían baño hasta los siglos XVII y XVIII), los azotes con manojos de ramas, previamente reblandecidos en agua caliente, y el contraste con el frío extremo ya sea sumergiéndose en agua, ya revolcándose en nieve.

Dicen que en las дача (casa de campo) es donde se encuentran las mejores, aunque no creo que sean las más auténticas. Las banias públicas, comunales, que abundaron en la Rusia de fines del XIX y principios del XX, y que hoy se pueden encontrar fácilmente en las grandes ciudades, acaso tengan ese punto de ritual comunitario, imprescindible para el conocimiento mutuo. Aunque esta impresión bien puede deberse al desconocimiento de las banias privadas...


La bania era/es un elemento tan importante de la cultura rusa que estaba presente en los momentos más trascendentes de la vida: las mujeres daban a luz al calor de la bania; el novio y la novia se preparaban para el paso definitivo en ella; el alma del muerto se preparaba para el postrer viaje.
Incluso tenían su propio espíritu, el банник (bannik). Descrito por algunos testigos como un viejo con garras y largas uñas, vivía debajo de la estufa y sólo se revelaba si el baño no estaba a su gusto o alguien se mostraba irrespetuoso durante el mismo. A menudo era el neófito quien sufría su ira. Para protegerse del bannik hay que desear a los compañeros un buen baño, despedirse con solemnidad de él y persignarse antes de entrar.
El rito se desarrolla durante varias horas, con diversas sesiones de calor y frío. Hacia la mitad de la sesión llega momento del ágape. Turno para tomar una cerveza (un vodka para los puristas), normalmente acompañado de alguna variedad de pescado ahumado o en salazón que tan comunes son por aquí.

Para mí, extranjero ignorante, encontrarse completamente desnudo, sudoroso y húmedo; rodeado de perfectos desconocidos; fustigar y ser fustigado con un manojo de ramas de roble oloroso, que al agitar el aire lo calienta hasta casi abrasar es una experiencia... cercana a la comunión espiritual.

El desayuno esta mañana venía con un par de noticias, si más no, interesantes:

Parece que en las primeras semanas de febrero se pueden alcanzar temperaturas récord. Sí, sí. Has leído bien. En una semana puede que nos pongamos en -38º. La verdad es que hasta ahora el frío estaba siendo (casi) decepcionante y, de esta manera, cuando vuelva a España y escuche ¡qué frío! Podré sacar pecho ufano: ¡tú que sabrás lo que es frío! Yo estuve en Moscú durante el invierno de 2008.... 

Poco después leo que el ex Vice Primer Ministro de la Federación Rusa  dice a su pueblo que la recesión durará tres años: "Debemos prepararnos para una vida diferente, necesidades distintas y otro tipo de gastos" y, no contento con hablar claro a la gente dijo que el gobierno debería utilizar (más bien aprovechar, pero las traducciones...) estos tres años para hacer algo «significativo», además de retirar la influencia del estado en los asuntos sociales y económicos tan pronto como termine la crisis.

Ciertamente se trata de un ex. También se podría pensar que habla desde el resentimieno. O buscando el desgaste del gobierno. Se podría pensar. Pero es que el gobierno dice que «2009 será un año muy difícil para la economía nacional, la crisis se prolongará por tres años, de los cuales éste será el más difícil». También hablan de la necesidad de "una reestructuración económica" para salir fortalecidos de la crisis.

Y sí, es un país al que los organismos occidentales, supuestamente independientes, colocan siempre a la cola de los rankings en libertad de prensa y esas cosas con las que nos excitamos por allí. Pero lo cierto es que entre un hijjoputa que habla claro y Tengo una milonga para usted, yo no tengo ninguna duda. 

Коломенское

Коломенское

Hacía tiempo que quería visitar la que fue residencia de verano de los zares entre los siglos XVI y XX: Коломенское (Kolomenskoe), ahora que la nieve aún no se ha derretido y el frío sigue, tan gentil, sin asediarnos es un buen momento, ¿por qué no?.
Situada a unos diez kilómetros al sur del Кремль (Kremlin) fue así llamada por encontrarse de camino a Коломна. La primera construcción erguida en lo que hoy es el parque Kolomenskoe fue la Iglesia de la Ascensión, fotografía que abre esta entrada. Construida en torno a 1530 por el zar Василий III (Vasiliy III) para conmemorar el nacimiento del hijo y heredero largamente esperado (que reinaría con el nombre de Ivan El Terrible), es la primera iglesia en forma de tienda (a diferencia de las clásicas en forma de cebolla) construida en piedra que se conoce en Rusia. Sus impresionantes setenta metros de blancos muros erguidos sobre un manto de nieve congelada al aparecer entre la bruma que levanta el río Moscova consiguen quitarme el aliento.  Y la imagino teñida de sangre, rindiendo honores a quien , en cierto modo, puede considerarse su artífice:

  

Antes de llegar allí paso por la Iglesia de Nuestra Señora de Kazán (construida entorno a 1650 por el Zar Алексей Михайлович, Alexis I, para conmemorar el centenario de la conquista del kanato Kazán por Ivan el Terrible)

  

me detengo atraído por la monótona letanía que emiten unos altavoces situados a la entrada y que parece ser la voz de un socerdote en plena liturgia. Entro y todo, en mi infinita ignorancia, me parece igual que en cualquier otra de las iglesias en las que ya he estado: iconos, iconos y más iconos; varios altares  y sacerdotes  y varios grupos de fieles repartidos por el templo. Pero, justo antes de irme, en un rincón, oculta entre gordas mujeres que se persignan e inclinan en gesto monótono, veo una preciosa niña de unos cinco o seis años, vestida como el resto de mujeres de la sala, con el pañuelo típico cubriéndole la cabeza, la falda por debajo de las rodillas y unas katiuskas  de pelo gris que rozan el volante de la falda. Se está sorbiendo los mocos y llora desconsolada. No puedo apartar la vista de ella.

Me gustaría hablar con ella, preguntarle por qué llora, decirle que no se preocupe, que ese hombre extraño que habla en un lenguaje extraño hasta para ella es parte del teatro en el que tendrá que vivir, que no es más que eso, un teatro del que todos formamos parte y en el que estamos obligados a actuar. Y ella está tan guapa con esas botas hasta las rodillas y el tradicional pañuelo ocultando los cabellos, que no debería dejar que una pequeña amonestación de su madre le quitara la sonrisa. Pero estamos en la iglesia y apenas hablo ruso como para explicar nada. Y es una niña. No necesita saber nada de esto, todavía.

Salgo y me dirijo en dirección a la ribera del río donde se encuentran los bosques y fuentes en los que Pedro I el Grande siendo niño (grande literalmente pues medía más de dos  metros), fundador de San Petersburgo, jugaba a la guerra con soldados de carne y hueso. Hoy los fieles y turistas se reúnen en el parque ya sea a rendir culto, ya a disfrutar de un agradable paseo con los esquís

ya en trineo

Y me propongo volver cuando el blanco níveo deje paso al verde primaveral. Y seguir contándoos si queréis.

Сибирская холода

Сибирская холода

Leyendo otra vez mi último escrito me doy cuenta de que no sólo no estaba siendo justo, objetivo, etcétera. El poso del tiempo, la distancia y acaso la perspectiva de un año, ahora sí, entero me dice que hablaba desde una ignorancia casi absoluta y quizá hasta desde el resentimiento.

Al ver las noticias e imágenes de Barajas y Madrid (para qué hablar de obligaciones o compromisos con los ciudadanos) no puedo evitar, desde aquí, una sonrisa maliciosa al ver por todas partes lo de ola de frío siberiano. Que hay que ver qué bien viste y qué bien descarga responsabilidades en los dioses. O quien se encargue de mandar esta suerte de maldiciones bíblicas. Parece que el adagio acuñado por Felipe II a raiz del desastre de la armada invencible: No he mandado a mis naves a luchar contra los elementos sigue gozando de plena vigencia. Y eso a pesar de que hoy somos perfectamente capaces de mandar fuera del planeta a los escépticos (negacionistas nos llamaron los amantes del pueblo israelí) que no creen en predicciones a cincuenta años vista.

Ver a decenas de trabajadores, de madrugada, limpiando las aceras, calles y avenidas; esparciendo sal y barriendo de los rincones la nieve y el hielo permite afrontar el día sin inquitarse lo más mínimo por si voy a poder llegar al trabajo o a una cita; si mi avión saldrá o si voy a perder tiempo y dinero atrapado en mitad del invierno. Aquí se tiene claro que en Invierno nieva. Es lo que tiene. Acaso el desasosiego provenga de no saber si en las escaleras del переход te vas a descalabrar con la capita de hielo. Nada que un buen par de botas con tacos no pueda solucionar.

Será porque hay que acostumbrarse, que para eso queda todo un año por delante, pero entre la barahúnda patria, el atardecer a la orilla del Mосква река (río Moscova) congelado y À Russia de los Antònia Fon no me queda más remedio que reconciliarme con ellos.

A pesar de que entrar en el metro cada mañana y verlos acurrucados, al calor del botellín de cerveza. O verla con la cara pegada al respiradero del túnel del metro siempre sea un pinchazo en el alma.

No puedo evitarlo pero el primer (sentimiento) que se manifiesta en mi ánimo cada vez que tengo que tratar con algún dependiente o funcionario de cualquier tipo es de cabreo. Ya el gesto en la cara mezcla de menosprecio y admonición con la que la inmensa mayoría de ellos me reciben incita a la violencia. El tono de voz, la mirada esquiva.
Aunque lo más normal es que la relación no dure más de 30 segundos y me vaya jurando en arameo. Es cuando la cara de palo se encuentra con la impotencia al no hacer el más mínimo intento por entenderme o cuando, simplemente los veo disfrutar puteándome, poniendo impedimentos a la mera formulación de una pregunta, creando normas y burocracia imaginaria que en ese momento deciden seguir al pie de la letra (el funcionario ruso, como decía Kapuscinski
, sería un excepcional orfebre si se dedicara con el mismo empeño y casi delicadeza con que repasa uno a uno los granos de cereal que cruzan la frontera) cuando la visión empieza a nublarse y el hambre de violencia física golpea en las sienes. ¿Cómo es posible que me esté haciendo esto? ¡Le he pedido simplemente una servilleta más!

Hasta en los bares, restaurantes (si me acuerdo para otro día las cartas de los restaurantes), cafeterías y discotecas montados para desollar al incauto extranjero con dinero en el bolsillo y sed de rusas te perdonan la vida si te dejan entrar (yo diría que no hay directrices en esto, se deja, o no ¿quién sabe? a la simple discreción del individuo de la puerta), te perdonan la vida cada vez que pides algo. No es nada extraño que en alguno intenten timarte quedándose con el cambio. Pero hay tanto cornudo, apaleado y contento que decía el clásico...

Hoy, sin embargo, me han dado una lección. El viaje hasta el pueblo es un auténtico homenaje a los tiempos: veinte minutos a pie, una hora y cuarto en metro, veinticinco minutos en маршрутка, tres horas de espera en el aeropuerto, cinco horas de avión en dos escalas, más de una hora de control de pasaportes, tres o cuatro controles de los de quitarte los zapatos y cruzar el arco, siete horas de coche. Incluso a las 530, justo al salir de casa, se me ha ofrecido un tipo a llevarme  hasta el aeropuerto, al final no nos hemos puesto de acuerdo por 300 rublos.

Después de un retraso de dos horas llega el avión y me encuentro con que es la primera vez que veo relajarse los estrictos hasta lo ofensivo controles del tráfico aéreo. Al entrar están todos los asientos ocupados, sin hacer caso al nº asignado. Es más, pregunto a la mujer que ocupaba mi asiento por qué mi asiento está ocupado.Me responde con una sonrisa de ¡pero que me estás contando chaval? búscate la vida! Y con una botella de un tercio de vidrio (sí, de un tercio de vidrio) en la mano mira a los seis que tiene a su alrededor, añade una mueca de victoria y da un trago largo a la cerveza. Carcajada general. El tipo junto a ella levanta indolente el dedo índice y señala al único asiento libre en la última fila, al lado del motor. Inglish? Да? Там (allí) y no hay nada más que hablar. Sin sitio en los altillos donde dejar la maleta ni el ordenador y con menos de 30 cms entre mi asiento y el anterior paso las dos horas de vuelo a Калининград (Kaliningrado) con el portátil debajo de mi asiento, la maleta en los pies, y el abrigo en mi regazo. En el asiento de mi izquierda una cesta de mimbre con sabe dios qué cosas y la gente llamando constantemente a una azafata que a los cinco minutos ya tuvo que poner la cara de palo y el tono de dominanta para que la situación no se le fuera de las manos.

Mientras pensaba en todo esto esperando el despegue se ha debido dibujar una mueca traviesa en mi cara al desabrocharme el cinturón.

Богатыми и Бедными

Богатыми и Бедными

La mañana amaneció a menos ocho grados y la máxima del día alcanzó los menos tres. El metro cierra a la una de la madrugada y abre a las seis. ¿Dónde se meten durante esas cinco horas la cantidad de personas que se acurrucan en las entradas para darse calor y beber los tragos con los que el día les maldijo? Aquí abajo, en el parquecito para niños, hay una caseta que ya es el retiro de alguien. A juzgar por las mantas, los cartones, las botellas de vodka vacías, los paquetes de cigarrillos. El olor. Pero, ¿dónde si no?

También el día ha amanecido con la noticia de que  S&P ha reducido el rating de Russia a BBB en vista de la ralentización en el crecimiento observada como consecuencia de la contracción del crédito en los mercados internacionales. El gobierno ruso alcanzó unas reservas de $600 mil mill. en agosto gracias al aparentemente imparable incremento del precio de las materias primas (me acuerdo de leer aquello del petróleo a $200 y el fin del mundo, ahora leo el petróleo a $20 y el fin del mundo. Y el mundo, se resiste a darse el finiquito). Si necesitaron 9 años de crecimiento medio al 7% y esos precios de las materias primas para alcanzar tal nivel en sus reservas, les han bastado cuatro meses para fundirse un 25% de las mismas. El resto parecen hipotecadas para pagar los créditos basura que compraron sus bancos (e intentar evitar una situación similar a la del ’98 con las quiebras de bancos y la devaluación del rublo un 70%). Además de para mitigar las pérdidas que la codicia de los oligarcas ha ocasionado, no sólo a sus propios patrimonios si no a las empresas y recursos que gestionaban (los 25 hombres más ricos del país han perdido $230 mil mill en seis meses. Y si a mi me dolería, no puedo imaginarme a alguien con medio mundo en el pulgar). Decía hoy el director de calificaciones para Europa de S&P que si había alguna esperanza de que los ahorros del país se dedicaran a infraestructuras necesarias, esta se desvanece rápidamente.

Ítem más, parece que el riesgo de depreciación acelerada del rublo, al fin, se ha hecho carne. Por eso los rusos con dinero lo intentan convertir en divisas fuertes (euro o dólar) o, simplemente, lo gastan en joyas, electrónica, o abrigos de piel. Como dice el Presidente de Евросет a sus respetados clientes: "Es mejor sentirse feliz por poseer algo que sentir el miedo a perder todo el dinero ganado".

El Capitalismo y la apisonadora del Estado sin el contrapeso de una sociedad lo suficientemente fuerte para hacer valer sus derechos frente a los poderes económicos y políticos, no puede dar como resultado una mejora contínua en los niveles de vida del conjunto de esta. Puede que traiga riqueza coyuntural pero la unión de lo peor de ambos mundos sólo puede acabar mal.

Tal vez haya sido hoy el primer día de frío (casi) en serio. Al entrar en el переход ( transición literalmente, son los pasadizos que atraviesan las grandes avenidas de la ciudad y permiten a los transeúntes cruzar la calle por debajo del tráfico ) había no menos de 15 ó 20 perros vagabundos. Rubios y negros, grandes y medianos esperan acurrucados unos contra otros o husmeando en grupos de tres o cuatro a que el tráfago de gentes, el ruido y las luces de los puestos de venta se calmen con el avance de la noche. Sólo entonces podrán hacer una piña para templarse y ver amanecer un nuevo sol.
O al menos eso pensaba mientras subía las escaleras de Выход в город (salida a la ciudad), pues no alcanzaba a sentir el aire helado de la calle cuando una jauría me ha adelantado corriendo con el rabo entre las piernas seguidos por un vigilante que blandía uno de esos aparatos que descargan un latigazo de electricidad y mascullaba improperios contra los animales.
No he podido evitar pensar que en caso necesario también lo utilizaría con las personas.

 

Dionisio

Dionisio

Lèa me manda un artículo de La Vanguardia que es una crítica acerca del último libro publicado en España sobre la vida de Dionisio Ridruejo. Ahora ando sumergido en sus memorias. Estos días vaga, paseando por el Montseny, recuperándose de la afección pulmonar que le obligó a dejar temporalmente la Jefatura del Servicio Nacional de Propaganda unos meses antes del fin de la Guerra Civil. Y también unos meses antes de su ruptura con el Régimen, por razones de desencanto con una situación que, lejos de acercarse al falangismo propugnado por Jose Antonio Primo de Rivera y defendido con la ceguera propia de los veinte años, se alejaba sin remisión. Convertido, en fin, en lo que acabaría siendo el Franquismo.

La impresión que me queda después de leer el artículo es la de que el libro se ha escrito a mayor gloria de un status quo podrido hablo, claro, sin leerlo. En la reseña -por tanto suponemos que en el libro- están todos los tópicos destilados por una oligocracia que lo único que ha hecho realmente bien ha sido inutilizar con los tentáculos del clientelismo y el inestimable apoyo del dinero público cualquier apoyo de una hipotética contestación social, especialmente los medios de comunicación.

En el texto de Jordi Gràcia encontramos, claro, que: "el PSOE era el núcleo de una democracia futura" y que eso era algo que Dionisio "vio lúcidamente". Aparte de las reuniones, nada secretas por otra parte, en las que tomaba asiento entre otros muchos opositores Felipe González, poco o nada se puede concluir al respecto en sus memorias, en el libro de Manuel Penella o en el libro publicado meses después de su muerte. En una entrevista a Multipress, semanas antes de su muerte,  lo que sí vio lúcidamente fue la otra cara del PSOE: "[..] ¿que un socialista cobra de los grandes poderes económicos o condesciende con los que encarcelan a sus correligionarios? Pues no es socialista".
También en el artículo hay una cita del libro que supongo literal: "Ridruejo cargó el peso de su monstruoso error original y sabía que nada lo iba a reparar". Aquí también tiene el interesado algo que decir
"¿tenía mala conciencia? No, no tenía mala conciencia, ni buena. Tenía conciencia clara [..]” entrevista de Ana García Entrerría, poco antes de morir.
La cuota nacionalista la tenemos en:
"estuvo en el fascismo totalitario con absoluta convicción pero el entorno liberal de la revista Destino y sus lecturas le facilitaron una transición a la lucidez" Algo que simplemente no es cierto, esa transición se produjo tiempo después, fundamentalmente en su exilio italiano. Quien sí hizo algo por Destino fue él, estimulando su conversión de revista falangista dependiente del régimen a publicación "moderadamente liberal, aliadófila y catalanista".
La desmemoria histórica también tiene su hueco:
"Franco lo trató con respeto y, a pesar de que lo normal hubiera sido fusilarlo, no quiso crear un mártir. Y admiraba de él su valor y su capacidad oratoria."  Antes de 1950, fecha que podemos considerar como el punto de inflexión aproximado en el activismo democrático (siempre evolutivo, nunca revolucionario o radical) de Dionisio Ridruejo ( para la desmemoria histórica causa probada de condena a muerte), el número de ejecuciones se cifran entre 23.000 y 28.000, el 80% de ellas antes de 1942. Después de 1950 se suelen citar las de Grimau, Delgado, Granados, Puig Antich y las últimas cinco, de miembros del FRAP y de ETA. De los libros citados anteriormente, o de sus múltiples encarcelaciones relativamente breves, no se concluye en ningún momento que Ridruejo temiera por un desenlace siquiera cercano a una ejecución.
Por último y seguramente por ese afán estúpido de aportar algo personal, nuevo y genuino a la humanidad siendo uno una medianía más ,concluye el profesor Gràcia:
“a pesar de que le hayan colgado la etiqueta de poeta es, ante todo, un prosista, uno de los grandes memorialistas del siglo XX”. Le hayan colgado. Al final de esta entrada pueden leer quién le ha colgado esa etiqueta.

Hay formas y formas de abordar la historia, las sociedades, los individuos. Una es la del burro con orejeras que no ve más que la zanahoria que le ponen delante. Otra es la de la honradez intelectual, que en ningún caso está reñida con una posición ideológica más o menos firme. Es por eso que se puede recomendar el  artículo de El País de Víctor Pérez Díaz, catedrático de la Universidad Complutense:

Su arrepentimiento de haber sido fascista forma parte de esa misma coherencia, y contrasta con la falta de arrepentimiento de sus adversarios del primer momento (la Guerra Civil, el primer franquismo), convertidos en sus panegiristas en un segundo momento (el de la disidencia política del franquismo). Cuando Dionisio se enfrenta con su pasado, sus antiguos adversarios le alaban pero no se percatan de que el gesto de Dionisio contrasta con la ausencia de un gesto similar por su parte.

Y se puede censurar el de Xavi Ayén en La Vanguardia y por extensión el libro del Profesor Gràcia  de la Universidad de Barcelona.

Simplemente no está a la altura del personaje biografiado:

¿Preferiría usted triunfar como escritor o como político?
Yo soy un castellano viejo y como castellano viejo estoy ligeramente tocado de estoicismo y como hombre ligeramente tocado de estoicismo considero que las glorias varias del mundo son vanidad de vanidades. Así pues, mi triunfo me interesa poco. Mi realización, como persona dentro de mí mismo, me interesa mucho. Me interesa poder morir con la conciencia a punto. Con la evidencia de haber obrado con sinceridad, con honradez y con solidaridad. Y si me da Vd. a elegir entre el destino de un poeta cuyos versos serán repetidos dentro de cinco siglos y el de un ciudadano que haya ayudado a que sus vecinos vivan un poco mejor, elijo, aunque parezca mentira, esta última aspiración.

Думат о политике

Es menester reconocer que los temas políticos ocupan entre mis múltiples debilidades lugar preferente. Si he permanecido callado hasta ahora en buena medida es porque bastante tiene uno con pontificar de lo que apenas conoce como para ponerse a abrir frentes innecesarios. Aún así me permitiré empezar con lo que difícilmente sean más que ligeros trazos con brocha gorda y que tal vez permitan, si apetece, seguir en la superficie lo que hace el gigante.

Me decidió una frase del Presidente Dimitry Mevdeved, a propósito del Plan de Desarrollo para el período 2009-2012, durante su visita a Sudamérica a negociar con el esperpento Chávez la mejor manera de ponérselo lo más difícil posible al mesías Obama:

El desarrollo social y económico del país durante los años del Plan deberán colocar a Russia como el líder entre las potencias mundiales del siglo XXI.

Los americanos van a poner un escudo antimisíles en Polonia. Los rusos se van a pegar unos tiros a Puerto Rico, abastecen de armas a un loco y proporcionan tecnología y financiación para proyectos nucleares de índole sospechosa: es lo que tiene el sometimiento a la voluntad popular y al escrutinio de la prensa. O el no sometimiento.

El Presidente del Gobierno de la Federación Rusa Российская Федерация no puede ser elegido más de dos mandatos consecutivos, aunque sí puede volver a ser elegido.
S
in embargo el pueblo ruso parece precisar de líderes que hagan de guía y espejo para una nación siempre hambrienta de renovar pasadas glorias a pesar de que la idea que se tiene de lo que llamamos clase política perfectamente podría compararse con la de cualquier otro país: panda de vagos, inútiles y corruptos. Es cuando encuentran esa mano firme, continúo, cuando aparece una unión que está por encima de individuos particulares. En efecto, ni fue esta la cuna del liberalismo ni será nunca un referente. Vasili Grossman lo ilustró de manera definitiva: "Rusia ha visto mucho a lo largo de sus mil años de historia. Hay una sola cosa que Rusia no ha visto jamás: La libertad".
Este liderazgo, o la necesidad del mismo, se condensa en la palabra Patria y se expresa a través de la confianza en un hombre. Un líder que hoy es Vladimir Putin. Es preciso decir aquí que por mucho que nosotros, hipócritas europeos, nos empeñemos en buscar caballeros blancos o ¡peligro!  investir a peligrosos desconocidos de valedores de la democracia en un país casi sometido, aquí no hay contestación real a Putin, si es él a quien quiere la inmensa mayoría, entonces ¿eso no es democracia?
Tras la digresión intento retomar el hilo de lo que iba decir: Putin es el hombre que el país siente que necesita, no en vano en él ven al hombre que sacó a Rusia de la humillación post-soviética y es en él en quien confían para volvar a tomar las riendas de la parte del mundo (y en cierto modo es lógico pensar en esos términos porque Rusia es el país más grande del mundo) que les pertenece por
derecho natural.
Y si Putin es el hombre llamado por el pueblo, ¿por qué ponernos nosotros mismos trabas? están pensando en la Дума. Cambiamos la ley que no nos gusta y problema resuelto.

En Rusia, toda la energía del artista debe concentrarse en mostrar dos fuerzas: el hombre y la naturaleza. Por un lado debilidad física, nerviosismo, pronta madurez sexual, deseo apasionado de vida y de verdad, sueños de poder actuar amplios como una estepa, análisis llenos de inquietudes, insuficiencia del saber frente al alto vuelo del pensamiento; y por el otro, una llanura infinita, un clima severo; severo y gris el pueblo con su historia difícil y lóbrega, la herencia tártara, el yugo de la burocracia, el oscurantismo, la pobreza, el clima húmedo de las capitales, la apatía eslava, etc. La vida rusa machaca al ruso hasta el punto que éste no logra reponerse, lo muele como muele un palo de mil puds.

Anton Chejov

Первый снег

Первый снег

En los últimos días llegó por fin la esperada nieve. Por ahora nos trata con indulgencia, nevadas apacibles e intermitentes que suavizan las temperaturas y convierten el camino a la universidad en un agradable paseo. A pesar de lo extremo del país no se puede decir que no nos venga adviertiendo (de todo), casi con delicadeza. Otra cosa es que uno preste atención a los signos.

Las mañanas son para sacar a los niños a que disfruten de un clima que, dicen, está siendo especialmente benévolo este año. Las madres, abuelas y niñeras los llevan al parque a que entren en contacto físico con la hierba, la tierra, el clima. Los bebés metidos en los carritos duermen mansos y sonrosados al arrullo de las mantas; niños de dos años hipnotizados por los copos que refrescan sus caritas y de los que por primera vez en sus vidas tienen consciencia; los veteranos no pueden dejar de correr de sus madres al columpio, de éste a sus amigos y otra vez a la madre riendo felices.

Hasta en los mayores se refleja un cierto cambio en el ánimo insospechado hasta el momento. No se trata de que de repente el país se haya vuelto una balsa de aceite, no, y bien es cierto que con el deshielo y la aparición de los charcos marrones el ademán taciturno amenaza regreso con renovados bríos pero se han visto los primeros gestos de alegría exteriorizados en forma de bolazos de nieve, sonrisas en la frutería y medias sonrisas en casa.

PS: Para las fotos pasen por el archivo que la revista Life aloja en google.

Еда

Еда

El menú  tradicional siempre empezará con un caldo. El más conocido y considerado casi plato nacional es la sopa Борщ ( borsht, a base de remolacha lo que le da un toque dulzón al paladar muy diferente a lo que estamos acostumbrados en España), también es muy típico el Щи (shi, a base de col) y otros con tocino o un sucedáneo del salmón, más barato, más popular pero igual de sabroso. Todas con abundante verdura y patata, un puñadito de perejil fresco y una cucharadita de Сметана.
El plato principal suele ser una bola de carne (de ahí el filete ruso) que puede estar rebozada o no; si está rellena suele ser de champiñones, cebollita, queso. El acompañamiento habitual puele ser bien la omnipresente patata (en puré, frita, cocida), bien una especie de fideos gruesos y huecos, bien arroz.
A la hora del postre hay gran afición por los pasteles (con merengue, chocolate), los блины (crêpes), una
especie de mousse (chocolate, fresa) aunque gelatinoso en la textura y menos profundo al paladar y algo parecido a nuestro almíbar si bien más espeso y con la fruta desecha en el líquido (manzana, frambuesa, melocotón y los más acordes con los tiempos mandarina o kiwi).
La única bebida durante toda la comida es el té, negro habitualmente.

La primera vez que vi el ritual de la comida a este lado de Europa fue en Polonia, en un bar de carretera. Cuando entré estaban solos en el comedor. Mesa redonda, mantel de tela a cuadros. El tazón de caldo enfrente, el plato principal (una de esas salchichas cocidas gigantes que los alemanes han desparramado por casi todo occidente) a un lado. En los veinte o treinta minutos que duró la comida no intercambiaron una mirada ni una palabra. El gesto de llevarse la comida a la boca es perfectamente armónico, cadencioso. Sin prisa pero también sin una sola pausa apuran el caldo y pasan al segundo plato en el que el gesto se repite ahora con el tenedor, el pan se come en rebanadas y a bocados, sin partirlo. Se termina toda la comida del plato.

Aquí es igual (o al menos lo venía siendo, porque la juventud rusa está sufriendo de manera acelerada el proceso de mimetización con las costumbres occidentales que es norma corriente hoy en día en todo el mundo. Las peores son lo primero que se pega claro: la descortesía hacia los mayores, el desprecio condescendiente disfrazado de solidaridad  para los que no son sus iguales). La comida es una suerte de ceremonia, que pudiera parecer un rito casi sagrado en la mayoría de las personas mayores y las gentes de las regiones. Quizá por eso no sea necesario envilecerlo hablando de los asuntos del día, los problemas o el tiempo en el mejor de los casos o, mucho más común por nuestros pagos, hablando de uno mismo sin escuchar a nadie más que a uno mismo, конечно.

 

Ива́н IV Васи́льевич

Ива́н IV Васи́льевич

Hay algo en esos ojos.
Estar al cabo de la insania, saber que siempre se ha estado loco y ya por fin abandonar toda lucha. Traspasar el punto de no retorno, cruzar su particular Rubicón.

Иван Грозный (Iván el Terrible) fue coronado Gran Príncipe de Moscú a los tres años, en 1533. Su madre se ocupó de la Regencia hasta que él cumplió los ocho años, en que fue envenenada por los Boyardos  y él recluido en el palacio del Kremlin. Para dar salida a la rabia torturaba perros y los arrojaba desde las torres del palacio, primeros signos de lo que hoy se diagnosticaría, tal vez, como sociopatía.
Si bien desde muy joven destacó como ávido lector y notable escritor, no en vano años más tarde introduciría en Rusia la imprenta y durante su mandato impulsaría las artes y las ciencias, a los trece años, con el fin de hacerse respetar y aprendidas ya las reglas del juego del poder, mandó arrojar a una jauría de perros al príncipe  Andrey Shúisky para que lo despedazaran.
Entre sus grandes logros se encuentran las conquistas de los kanatos tártaros de Kazán y Astracán, en la ciudad de Kazán no dejó a nadie con vida y sustituyó la población musulmana por colonos rusos. Para conmemorar la victoria mandó construir en Moscú la famosa Catedral de San Basilio.

En 1560 murió su primera esposa, lo que arrojaría al Zar a una espiral de violencia y resarcimiento que tendría como objetivo principal a los siempre odiados Boyardos, pero no sólo. A través de su guardia personal los Oпричник extendió el horror y la muerte por todo el reino: caballeros de élite vestidos de negro, sobre caballos negros y en negros carruajes regaban con sangre los caprichos del Zar. Al final de su reinado cuentan las leyendas que dio rienda suelta a sus perversiones personales desflorando vírgenes, practicando la sodomía y matando a sus hijos bastardos.

Cierto día en palacio se cruzó con la mujer de su hijo, encinta, que llevaba el pelo suelto. El Zar Ivan sintió que debía poner remedio a la indecencia que dicha licencia manifestaba y comenzó a golpear salvajemente a su nuera. Iván, el hijo, acudió alertado por los gritos de auxilio de su mujer y al intentar detener a su padre este le asestó un golpe mortal con el bastón de mando.

El resto está en el cuadro de Репин que abre esta entrada y en sus propias palabras:
"Desde los tiempos de Adán hasta este día, he sobrepasado a todos los pecadores. Bestial y corrompido he ensuciado mi alma"

El cuadro se puede disfrutar en la Galería Tretiakov de Moscú, para saber más de arte ruso, por favor visiten el Museo Ruso.

Храм Христа Спасителя

Храм Христа Спасителя

Realmente no hay descripción posible que prepare para la impresión visual que provoca la entrada a la Catedral de Cristo Salvador. Ya la estación de metro por la que llegamos Кропоткинская (Kropotkinskaya) sugiere la opulencia de lo que se avecina. No en vano fue construida como puerta de acceso al que estaba destinado a ser el más grande edificio jamás construido y octava y última de las Hermanas de Stalin: el Palacio de los Soviets, guinda a la megalomanía, no sólo de un hombre, sino de un régimen. La entrada de Rusia en la II Guerra Mundial y la consiguiente concentración de recursos humanos y materiales  impidió que el descomunal proyecto se llevara a cabo.
En cualquier caso lo que no impidió fue la destrucción en 1931 de la Catedral original. Terminada en 1881 después de cuarenta años de construcción fue obra de "toda la Nación Rusa" y conmemoraba "La Gratitud del Pueblo Ruso a la Divina Providencia por salvar a la Patria de la fatalidad que se cernía sobre ella" que no era otra que la llegada a Moscú de Napoleón con una maltrecha Grande Armée

Trás la muerte de Stalin Kruschev construyó la piscina más grande del mundo (ya que no pudo ser la mayor construcción del mundo, al menos que sea el mayor agujero del mundo) y sólo tras la caída del comunismo y ya con Yeltsin como presidente se reconstruyó completamente la catedral de estilo quizá bizantino, en apenas seis años.

Tal vez sea un signo más de este Moscú de contrastes, de este Moscú de búsqueda de poder y de imagen (sólo me puedo imaginar lo que supuso para la iglesia ortodoxa y el Patriarca Alexei este tanto)  en el que lo primero es la apariencia, la imagen que se proyecta; en el que apenas se hace caso a la mugre que se acumula en las esquinas,
en los rincones de las propias casa,s a la miseria que se acurruca en los soportales.
Aún así, entrar en la catedral es sentirse abrumado por el brillo, los colores, las sensaciones de un símbolo, un país y una cultura únicas.        

La lealtad verdadera
es apearse del burro

y desmontar la quimera.

Porque donde dije y digo
están el sudor del hombre
y el embeleso del niño
y la mujer que en el vientre
y el corazón lleva el nido.

Por ellos cambio de idea
porque ellos serán los jueces
del valor de la herramienta.

Por ellos vuelvo a montar
porque la tierra del hombre
es la de nunca acabar.

 

Justo antes del arco de acceso a la Plaza Roja (Красная площадь o, literalmente Plaza Preciosa), se encuentra el kilómetro cero ruso, o el punto del que parten las principales avenidas de la ciudad que más tarde se convertirán en las principales carreteras. Allí se arremolinan miríadas de turistas esperando su turno para lanzar una moneda al aire y pedir su deseo.
Entre ellos se distinguen fácilmente las almas desesperadas de Moscú. Hoscos y sin embargo pacientes, esperan a que el despreocupado visitante sueñe para lanzarse a por el trago de vodka, o el trago para su marido, en forma de moneda. Si la moneda es extranjera de nada sirve y es arrojada de nuevo con gesto desdeñoso.
Todo muy folclórico, todo tremendamente triste.

Cобак в Mоскве

Cобак в Mоскве

El  pasar tanto tiempo con los compañeros y, sobre todo, el estar continuamente conectado a través del ordenador convierte en algo casi imposible (me veo tentado por la inocencia, es verdad) una auténtica inmersion lingüística y cultural. Las horas pasan aquí, delante de la pantalla, leyendo a unos y otros, escribiendo a unos y otros, hablando con unos y otros. Sólo la calle y el aire helado en la cara y en los rostros te devuelven a la tierra, te dicen dónde estás y te sugiere por qué. Mañana lo dejo, I swear.
Así, no puedo evitar preguntarme cómo se puede seguir comparando la insoportable crisis con las grandes crisis de antaño (no digamos con el crack bursátil del 29), no sabemos lo que es el sufrimiento pero nos gusta revolcarnos en la entelequia de que pudiéramos llegar a sufrir. ¡Si ni siquiera pasa una semana sin que hable con mi madre! Y ahí seguimos, quejándonos de que ya no puedo cenar
con vino y gastarnos cincuenta por cabeza; de que ya no me puedo tomar cinco copas; de que la comida es una mierda, joder, que le ponen esa salsa asquerosa a todo; de que por ser extranjero me cobran un poco más; él sí que vive bien; ellos sí que se quieren. Ay.
Permite, sin embargo, estar al tanto de lo que  ocurre y ayuda a ofenderse con las pequeñas y grandes bajezas. Oír al presidente llorar como una mujer, para dar la verdadera medida de un país;  ver que una ex-becaria  quiere echar a Trecet.
Y que no te de rabia, sólo pena.

Es increíble la cantidad de perros que vagabundean en esta ciudad, tumbados aquí y allí sólo los levanta un nuevo olor, o el olor a comida. Entonces lo siguen durante un rato, como disimulando. Si en cincuenta metros no ha habido suerte, abandona. Y a otra cosa. Si Lisboa es la ciudad de los gatos, Moscú es la de los perros.

A veces el frío llama a mi puerta. Tu calor viene con las nubes.

Bоспитание

Bоспитание

Hoy hablaré sólo de los moscovitas, la generalización aparte de que pueda ser injusta lo más probable es que fuera incierta.

El concepto de urbanidad que podamos tener nosotros se encuentra tan alejado de lo que veo por aquí que habrá que creerse lo de la hospitalidad rusa porque hemos dicho que una cosa es Moscú y otra Rusia.

Para empezar nadie mira a la cara cuando te habla. Se mira al suelo, al cielo, o a las piernas de la chica que acaba de pasar y la información que pretendías obtener, cuando es facilitada, se hace con una desgana que es casi desprecio.
Todo el mundo tiene un objetivo. Y todo el mundo tiene prisa por alcanzar ese objetivo. En consecuencia si tu persona se interpone en el camino hacia su objetivo serás apartado sin el menor miramiento. Puede que se te ocurra parar durante un segundo delante de una puerta justo antes de entrar o mientras esperas haciendo cola en el metro, o en la cafetería, o en la tienda, no sé... a buscar algo en un bolsillo, ¡o a pensar en las musarañas!. Craso error. Se colarán rápidamente sin mediar palabra y, en caso de que el espacio fuera insuficiente, irán empujando sin remisión hasta que él o tú estéis fuera.
Dar las gracias por algo debe ser de la época soviética.
El estereotipo que dicen algunas guías, de la dependienta rusa tratándote de manera brusca y gruñendo si lo que pides se aleja en lo más mínimo de lo que es el puro trabajo, no es tal. Es la más absoluta de las verdades.

El caso de los coches y la conducción merece un capítulo aparte, baste por ahora decir que, a pesar de que las señales de circulación son exactamente iguales a las nuestras, aquí deben significar algo completamente distinto. Efectivamente, aquí también hay pasos de cebra, pero a diferencia de allí si piensas que la preferencia es tuya, aparte de estar muy equivocado, puedes estar poniendo en peligro la integridad física del vehículo que viene a 80 ó 90 km/h por travesía urbana. Lo cual es más que probable, por tanto, que lleve unida una tremenda bronca por cometer el atrevimiento de cruzar  por un paso de cebra perfectamente señalizado.

Luego está el doble precio de las cosas.
Hay un precio para el nativo y un precio, que suele oscilar entre un 100% -150% más, para el extranjero. La teoría ya la vamos cogiendo, a ver si somos capaces de llevarla a la práctica en algún momento.
Porque la cuestión es que aquí, apestas a extranjero.

Kоломна

Kоломна

La primera salida fuera de Moscú fue el domingo por la mañana, Katya siempre dice que una cosa es Moscú y otra el resto de Rusia. Apenas ha hecho falta alejarse cien kilómetros para comprobarlo.
El tren lo cogimos en Каза́нский вокза́л (Estación de Kazanski). Aquí hay infinidad de estaciones de tren, no en vano Каза́нский вокза́л está situada en la plaza de las tres estaciones, junto con Ленингра́дский вокза́л (Leningradiski) y Яросла́вский вокза́л (Yaroslavski). Todavía no lo tengo muy claro pero según me explicó Jesús la localización de cada estación dentro de la ciudad coincide con la localización geográfica de la zona hacia la que los trenes se dirigen. De esta manera, por ejemplo, los trenes que parten de Киевский вокзал (Kievski) no sólo van a Kiev sino a Polonia, Alemania, etcétera. Los de Kazanski, por tanto, se dirigen al este de Moscú, es decir Kazan, Yekaterinburgo y, si lo que cogemos es el Trans-Siberiano, hasta Vladivostock.

No fuimos en el Trans-Siberiano, al menos esta vez. Cogimos unos trenes similares a los cercanías españoles si bien infinitamente más lentos y que abarcan un radio mucho mayor. Son vagones viejos y con ese olor a humanidad propio de la tercera clase -nosotros que perdimos hace tiempo el sentido del ridículo los llamamos Clase Turísta o Economy Class-   en los que a la ida hace frío y a la vuelta están atestados de gente y humo.
Cada cinco minutos aparece por el vagón un hombre o una mujer cargados de objetos de lo más variopinto, desde  paraguas a rollos de poliespán para aislar; de mini-navajas a cuadernos y bolígrafos; muñecos y pelotas a pilas que dan vueltas sin sentido entre llamativas luces de colores ... y la escena siempre es la misma: se abre la puerta del vagón, entra la ráfaga de aire helado y comienza a recitar el nombre del artículo y el precio del mismo, de los más baratos a los más caros. Menos de un minuto después está andando por el pasillo entregando el artículo deseado y saliendo por el otro extremo. Dos horas más tarde llegamos a Kоломна.

Ciudad situada el sureste de la región de Moscú, al estar en la confluencia de tres ríos -dos de ellos, el Moscova y el Oka, importantes- desde su fundación en 1177 se ha visto inmersa en las lógicas luchas territoriales entre clanes y dinastías. Es por esto que es una de las consideradas ciudades históricas que cuentan con un Kремлин (Kremlin) o muralla triangular que encerraba y protegía los centros político y religioso de la ciudad.
Todavía no entiendo la iconografía Ortodoxa, tan colorida y con las representaciones de Cristos -porque el Niño nunca tiene cara de niño-, Vírgenes, evangelistas y apóstoles dibujados con una gama limitada de  colores (oro, rojo,azul, blanco, verde, marrón, negro y púrpura) y sin perspectiva. Tampoco entiendo que significan varios edificios similares a iglesias muy cerca unos de otros, ni por qué el rito es de pie ya que no hay bancos en las iglesias.

Hoy Коломна cuenta con una población aproximada de 150.000 habitantes y yo le debo una disculpa a Jesús porque no daba un duro por esa afirmación cuando la hizo. Nada en esta ciudad sugiere que tanta gente pueda vivir allí, no vi construcciones de más de tres plantas, el centro de la ciudad, donde se encuentra el Kremlin y las iglesias apenas cuenta con una decena de comercios ni tan sólo conseguí ver señales de industria de ningún tipo. Incluso  a un par de kilómetros del río hay un monasterio rodeado de una aldea con casas de madera y calles de tierra con Ladas de más de treinta años en las puertas y motores viejos y chatarra aquí y allí al que se accede por una carretera que cruza anchas tierras de cultivo sembradas de coles o en barbecho. 
Aunque al ver el Mакдоналдс con su genuino Mакавто, al menos, debí haberlo sospechado.

Осенью

Осенью

En la guía Lonely Planet de Rusia y Bielorrusia se recomienda visitar estos países o en octubre o ya luego cuando el tiempo mejore y la nieve se retire. Por lo menos en lo que se refiere a octubre habrá que darles la razón, pasear por el Университет Проспек (Avenida Universidad) camino de la Universidad, atravesar una de las esquinas del parque Воробьёвы го́ры (Vorob’evy gory), lleno de castaños y hacerlo mientras una lluvia de hojas color azafrán va cubriendo un suelo de tierra negra y hierba fresca es alimento para el espíritu.

Otros días amanecen grises, brumosos. La lluvia cae intermitente, sin violencia. Y entonces el mismo recorrido se convierte en una nueva experiencia, el paisaje se desnuda despacio, casi con suavidad. Sólo avanzando se descubre el columpio donde niños encerrados en monos a prueba de frío ríen y corren, apenas nariz y ojos al descubierto; y sólo en el último momento el magnífico edificio de la universidad se revela en toda su imponencia.
Se trata de la Universidad más antigua de Rusia, si bien el honor también es reclamado en St Petersburgo no seré yo quién se meta en disputas, data de 1755 y sólo a partir de la Revolución de Octubre de 1917 se permitió la admisión de los hijos de las clases obreras y campesinas. Entre los años 40 y 50 Stalin construiría siete edificios (las siete hermanas) con el fin de conmemorar el VIII centenario de Moscú, la sede de la Universidad pasó a situarse en 1953 en el mayor y más impresionante de todos ellos, siendo en su época el edificio más alto del mundo fuera de NY y el mayor de Europa hasta 1990.

Entre las clases, los paseos y la novedad los días avanzan deprisa el único pero es que no está siendo nada fácil mantener algún tipo de comunicación con rusos, pero ayer, con una taza de té -ni me acuerdo del café, quién me lo iba a decir- salió el habitual ¿En tu país que piensan del mío? Pues, no sé, en general no se conoce, o no se entiende muy bien a los rusos. Nos quedan tan lejos... ¿Sí? Pues yo pienso que nos parecemos mucho, que en el fondo somos bastante parecidos ¿Tú crees? Sí, pienso que sí. Y... ¿qué dicen en España del Cauc-c-ausus? ¿qué escriben? ¿De Georgia? ¿Cómo? ¡ah! ¿cómo lo llamáis, otra vez? Georgia, ¡qué van a escribir! ¡Pues mal!
Entonces es cuando una sonrisa entre pícara y satisfecha se dibujó en su cara: ¿Sí? eso es bueno, si escriben mal es bueno. Porque en el único momento en que en occidente se escribió bien de Rusia fue durante Yeltsin y fue la peor época de nuestra historia.


El cuadro es de 
В.Качанов. Осенний дворик в Замоскворечье