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Cuaderno De Rusia

Bоспитание

Bоспитание

Hoy hablaré sólo de los moscovitas, la generalización aparte de que pueda ser injusta lo más probable es que fuera incierta.

El concepto de urbanidad que podamos tener nosotros se encuentra tan alejado de lo que veo por aquí que habrá que creerse lo de la hospitalidad rusa porque hemos dicho que una cosa es Moscú y otra Rusia.

Para empezar nadie mira a la cara cuando te habla. Se mira al suelo, al cielo, o a las piernas de la chica que acaba de pasar y la información que pretendías obtener, cuando es facilitada, se hace con una desgana que es casi desprecio.
Todo el mundo tiene un objetivo. Y todo el mundo tiene prisa por alcanzar ese objetivo. En consecuencia si tu persona se interpone en el camino hacia su objetivo serás apartado sin el menor miramiento. Puede que se te ocurra parar durante un segundo delante de una puerta justo antes de entrar o mientras esperas haciendo cola en el metro, o en la cafetería, o en la tienda, no sé... a buscar algo en un bolsillo, ¡o a pensar en las musarañas!. Craso error. Se colarán rápidamente sin mediar palabra y, en caso de que el espacio fuera insuficiente, irán empujando sin remisión hasta que él o tú estéis fuera.
Dar las gracias por algo debe ser de la época soviética.
El estereotipo que dicen algunas guías, de la dependienta rusa tratándote de manera brusca y gruñendo si lo que pides se aleja en lo más mínimo de lo que es el puro trabajo, no es tal. Es la más absoluta de las verdades.

El caso de los coches y la conducción merece un capítulo aparte, baste por ahora decir que, a pesar de que las señales de circulación son exactamente iguales a las nuestras, aquí deben significar algo completamente distinto. Efectivamente, aquí también hay pasos de cebra, pero a diferencia de allí si piensas que la preferencia es tuya, aparte de estar muy equivocado, puedes estar poniendo en peligro la integridad física del vehículo que viene a 80 ó 90 km/h por travesía urbana. Lo cual es más que probable, por tanto, que lleve unida una tremenda bronca por cometer el atrevimiento de cruzar  por un paso de cebra perfectamente señalizado.

Luego está el doble precio de las cosas.
Hay un precio para el nativo y un precio, que suele oscilar entre un 100% -150% más, para el extranjero. La teoría ya la vamos cogiendo, a ver si somos capaces de llevarla a la práctica en algún momento.
Porque la cuestión es que aquí, apestas a extranjero.

4 comentarios

Nicole -

Enhorabuena por su blog, me ha parecido realmente interesante. Le seguiré visitando.

Un saludo

Armando -

Jose, Gerard...

Jose,

Bienvenido, y gracias. Seguimos contando.

Gerard,

Ay!

Gerard -

Ya le dije yo que CHICAGO, era un destino maravilloso..

Jose -

http://es.wikipedia.org/wiki/Baba_yaga

A ver qué me cuentas de esta rusita salerosa, que cada vez me interesa más.