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Cuaderno De Rusia

Первый снег

Первый снег

En los últimos días llegó por fin la esperada nieve. Por ahora nos trata con indulgencia, nevadas apacibles e intermitentes que suavizan las temperaturas y convierten el camino a la universidad en un agradable paseo. A pesar de lo extremo del país no se puede decir que no nos venga adviertiendo (de todo), casi con delicadeza. Otra cosa es que uno preste atención a los signos.

Las mañanas son para sacar a los niños a que disfruten de un clima que, dicen, está siendo especialmente benévolo este año. Las madres, abuelas y niñeras los llevan al parque a que entren en contacto físico con la hierba, la tierra, el clima. Los bebés metidos en los carritos duermen mansos y sonrosados al arrullo de las mantas; niños de dos años hipnotizados por los copos que refrescan sus caritas y de los que por primera vez en sus vidas tienen consciencia; los veteranos no pueden dejar de correr de sus madres al columpio, de éste a sus amigos y otra vez a la madre riendo felices.

Hasta en los mayores se refleja un cierto cambio en el ánimo insospechado hasta el momento. No se trata de que de repente el país se haya vuelto una balsa de aceite, no, y bien es cierto que con el deshielo y la aparición de los charcos marrones el ademán taciturno amenaza regreso con renovados bríos pero se han visto los primeros gestos de alegría exteriorizados en forma de bolazos de nieve, sonrisas en la frutería y medias sonrisas en casa.

PS: Para las fotos pasen por el archivo que la revista Life aloja en google.

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